El volcán Poás continúa con una intensa emisión de gases, vapor de agua, aerosoles, partículas y alto flujo de calor desde la boca A, pero la llegada de los meses más lluviosas puede afectar esta dinámica.
Esto fue explicado por la volcanóloga María Martínez, del Observatorio Volcanológico y Sismológico (Ovsicori), que explicó que agosto, septiembre y octubre representan el momento del mayor ingreso de agua para el cráter.
«Esa agua vendrá a través del subsuelo y ayudará a enfriar esta zona caliente, incluso contribuirá al enfriamiento del magma que se eleva debajo de la boca. Puede reducir la cantidad de gases y calor, pero dependerá del régimen lluvioso», dijo el especialista.
Sin embargo, advirtió que no se podía excluir que el Poás ofreciera una capa freática o freatomagmática en ningún momento.
«El volcán sigue siendo muy activo con respecto a la deGasificación, pero es una actividad estable. Sin embargo, debido a la gran cantidad de gases en la salida, siempre existe el riesgo de un bloqueo en los canales, lo que puede causar una erupción inesperada», enfatizan los expertos.
Nota Más: El volcán Poás mantiene la bombilla visible incluso el día: los gases aún se apagan a temperaturas extremas
Actividad actual
Según el informe Ovsicori más reciente, la pluma observada en el cráter es densa y consiste principalmente en vapor de agua.
También hay una escala nocturna en la boca A, una condición mantenida desde abril, un ligero temblor y hundimiento (zinc) detectados por las estaciones geodéticas.
Los vientos pobres permitieron que la pluma se publicara en diferentes direcciones, aunque con un dominio al suroeste.
Martínez recordó que los Poás obtuvieron mesas de agua regulares con sedimentos, gases, agua y rocas entre marzo y medio, que cayeron principalmente en el sector del cráter.
Aunque la actividad se ha concentrado desde la liberación constante de gases y calor, el patrón puede variar según el clima.