

El Centro Nacional de Huracanes (NOAA) mantiene dos sistemas en el Atlántico bajo una estrecha supervisión con el potencial de convertirse en ciclones tropicales en los próximos días.
Uno de ellos ofrece un 90% de probabilidad de desarrollo en una semana, mientras que el segundo 20% de probabilidad alcanza en el mismo período.
Estos informes tienen lugar dentro del marco del comienzo de la fase más crítica de la temporada de huracanes, que se extiende de septiembre a noviembre y el período del mayor riesgo de Costa Rica representa debido a la influencia directa o indirecta de los ciclones tropicales.
Sistema con 90% de probabilidad
La NOAA informó que el primer sistema corresponde a una gran zona de baja presión en el Atlántico tropical central, asociado con la lluvia y las tormentas eléctricas.
«Las condiciones ambientales conducen al desarrollo adicional, y es probable que se forme una depresión tropical los próximos días», dijo el organismo internacional en su informe.
Según la proyección, el fenómeno se moverá hacia el oeste del noroeste a una velocidad de entre 10 y 15 millas por hora, al Océano Atlántico central.
Otro sistema
El segundo sistema, ubicado más al este frente a la costa africana, está relacionado con una ola tropical que produce lluvia desorganizada y tormentas eléctricas.
La probabilidad de desarrollo es baja, con casi 0% en 48 horas y 20% en siete días. Según NOAA, la evolución de este trastorno será lenta, aunque la pista también apunta al oeste hacia el Atlántico.
Nota: del 90% al cero: ¿por qué el sistema que monitoreó el NOAA en el Atlántico desapareció tan rápido?
Influencia para Costa Rica
El Instituto Nacional Meteorológico (IMN) dejó en claro que el Golf tropical no. 32Asociado con el primer sistema con una mayor probabilidad de desarrollo, no afectaría a Costa Rica.
«El Tropical Gulf No. 32 se mueve en el Atlántico y muestra una alta probabilidad de que el ciclón tropical se desarrolle en los próximos tres días, aunque la pista proyectada en el noroeste no afectaría a Costa Rica», explicó la institución.
La temporada de huracanes en el Atlántico, el Golfo de México y el Caribe, comienza el 1 de junio, pero el punto más activo alcanza la segunda mitad de agosto y se extiende principalmente durante septiembre y octubre.
Ambas temporadas, las del Pacífico y el Océano Atlántico, terminan el 30 de noviembre y la posibilidad de desarrollo después de ese período es baja.
«El comportamiento del Pacífico parece un» sombrero «más bajo», con unos pocos meses de actividades sostenidas, mientras que el Océano Atlántico es como un ‘sombrero puntiagudo’ concentrado por la mayoría de los sistemas en un corto período de tiempo «, dijo Eladio Solano del Imn.
Los especialistas advierten que septiembre, octubre y noviembre son los meses del mayor riesgo para el país.
«Los meses más importantes para nuestra área son septiembre, octubre y noviembre, debido a la influencia directa o indirecta que los ciclones tropicales pueden presentarse en Costa Rica», dice Pablo Solano, imnmeteorólogo.
En lo que va de la temporada, se han formado varias tormentas tropicales en el Atlántico y 30 olas tropicales han cruzado el área nacional.
Profetizar
Según el IMN, la estimación de una temporada un poco más activa se mantiene que el promedio, con:
- 14 a 16 nombres con nombre (ciclones tropicales)
- 7 a 8 tormentas tropicales
- 4 a 5 huracanes de la categoría 1 o 2
- 3 huracanes importantes (categoría 3, 4 o 5)
De estos, ya se han formado tres tormentas tropicales: Andrea, Barry y Chantal.
Según la información histórica del IMN, un Temporada normal (1991-2020) generalmente ofrece:
- 14 sistemas llamados
- 7 tormentas tropicales
- 4 pequeños huracanes
- 3 huracanes importantes
En contraste, la temporada récord fue en 2020, donde se registró:
- 30 ciclones con nombre
- 16 tormentas tropicales
- 7 pequeños huracanes
- 7 huracanes importantes
Además, la temporada 2024 cerró con:
- 18 ciclones por nombre
- 6 tormentas tropicales
- 6 pequeños huracanes
- 6 huracanes importantes
Supervisión permanente
Aunque la mayoría de estos sistemas se desarrollan dentro, sus efectos indirectos generalmente se sienten en la región. La lluvia intensa, las olas fuertes y la hinchazón son las consecuencias más comunes para Costa Rica, por lo que las autoridades insisten en la necesidad de mantenerse actualizados.
«Los ciclones tropicales pueden ser impredecibles. Primero ocupamos que hay cierta alteración con el potencial de ciclogénesis para evaluar su evolución, trayectoria e influencia», enfatizó Solano.
Además, el IMN recuerda que no es posible saber cuánto ciclones Costa Rica puede afectar directamente, ya que su pista depende de factores atmosféricos específicos una vez que se desarrollan los sistemas.