
En una emotiva carta, Juan Carlos Rojas, presidente de deportes saprissa, Anuncia su salida del club. Comentó que tuvo momentos buenos y malos. Dice irse muy agradecido.
Carta:
“Gracias Saprissa.
Con el corazón lleno de emociones y un profundo agradecimiento, quisiera compartirles que he decidido cerrar mi ciclo como Presidente del Deportivo Saprissa. Créame, pensé mucho en esta decisión. Ser Presidente de Saprissa es un gran honor, pero también un rol muy exigente, y siento que ya se me hace difícil cumplir a cabalidad con las múltiples responsabilidades que demanda este cargo, junto con mis demás compromisos profesionales, familiares y personales.
14 años que marcaron mi vida y la de mi familia; 14 años de dedicación total, alegrías indescriptibles y amor profundo por esta camiseta. Acepté este desafío en uno de los momentos más difíciles de la historia del club –llegamos del penúltimo lugar en diciembre de 2010 y con severas debilidades organizativas– y me voy con la satisfacción de haber contribuido con un gran equipo a reforzar su excelencia.
Como parte de este cierre de ciclo, también venderé mis acciones en el club, paso que considero natural dentro de esta transición. Saprissa aún tiene grandes retos y sueños por cumplir, y mi mayor esperanza es hacer las inversiones necesarias para seguir fortaleciendo al club, en lo deportivo, en su estadio y en su estructura organizacional. Aunque ya no seré parte de este proceso como presidente, tengo plena confianza en que se hará realidad y lo celebraré como un saprisista más. Siempre me he visto como un custodio temporal del Tesoro Nacional y mi mayor esperanza es haber hecho mi trabajo y dejar el club en buenas manos para que pueda seguir logrando aún más.
Saprissa hoy es una organización de influencia y trascendencia. Hemos obtenido 11 premios nacionales y un premio internacional durante estos años, donde fortalecimos nuestra época dorada de 29 premios a 40 en 2014, nueve más que nuestros seguidores más cercanos. Transformamos el estadio en un hogar seguro, familiar y vibrante. Hemos ampliado la brecha en el tamaño de los fanáticos con respecto a otros equipos. Profesionalizamos cada rincón de la organización. Hemos hecho de la marca Saprissa un símbolo de integridad, pasión y liderazgo. Y dimos vida a la Fundación Saprissa, la primera y única plataforma social formal de un club deportivo en la región. Porque ser campeón significa servir fuera del campo. Este, entre muchos otros logros, me llena de gran orgullo.
Pero lo más importante no es lo que logramos, sino cómo lo logramos: sobre todo con principios y políticas. Siempre he creído con total confianza que no se trata sólo de ganar, sino de hacerlo de la manera correcta. Los valores sobre los que se construye una organización aseguran su sostenibilidad, su credibilidad y su verdadera excelencia. Y no han negociado.
Por supuesto, también hubo momentos muy difíciles, derrotas dolorosas, decisiones complejas y errores en este camino. Pero no faltó amor, dedicación ni compromiso. Todo lo que hice fue con un deseo sincero de construir un mejor Saprissa, dentro y fuera de la cancha.
Gracias desde el fondo de mi corazón a los fans morados. Eres el alma de este club. Gracias por cada saludo, cada crítica respetuosa y cada sentimiento compartido. Gracias por creer, empujar y exigirnos siempre más. Tu amor por Saprissa es lo que nos hace grandes. Nunca olvidaré la celebración del Día 30 bajo la lluvia torrencial, los miles de morados en el césped (nuestro primer título bajo Horizonte Morado) o la emoción de anotar en la final para ascender al puesto 40 y convertirnos en el primer club de CONCACAF en alcanzar esa marca histórica. Y más allá de los trofeos, me llevo el cariño y el orgullo que sentí al ver cómo este esfuerzo llenaba de alegría a todos los sapricistas.
Me gustaría agradecer especialmente a mi esposa Julienne, a mis hijos Fabián y Alisa, y a mis padres, quienes crecieron en medio de la pasión, la locura y la magia de esta gran familia morada, y quienes me apoyaron incondicionalmente en cada paso del camino. Gracias a los jugadores, cuerpo técnico, personal administrativo, socios, compañeros de directiva, colaboradores, medios, patrocinadores y todas las personas que han sido parte de este viaje. Escribimos esta historia juntos. Y lo que construimos no se puede borrar. Como dije hace un tiempo: ¡Cuando el ADN es verdadero, el amor es eterno!
Para mí ser presidente de Saprissa fue un sueño hecho realidad. Fue literal. Recuerdo que un amigo del colegio me decía que algún día sería presidente de Saprissa, eso parecía imposible. ¡A veces los sueños se hacen realidad! Y a pesar de los sacrificios, las complejidades y el desgaste, el honor de ocupar esta silla ha sido una de las experiencias más significativas de mi vida.
Me quedaré hasta el final de este torneo, aseguraré una transición ordenada y apoyaré al equipo hasta el final. Me voy con la frente en alto, el corazón lleno y confiado en que el Saprissa que hemos creado está listo para crecer y lograr un gran éxito.
Siempre seré otro morado, alentado incondicionalmente.
Con orgullo y gratitud,
«Juan Carlos Rojas».