# Etiquetas
#Nacionales

Semana Santa en Costa Rica: declaraciones científicas

Existe una interesante teoría conocida como «El automóvil rojo», que sugiere que cuando alguien comienza a pensar en un automóvil de ese color, de repente empieza a notar muchos más automóviles rojos en su entorno, aunque estos siempre hayan estado allí. Este fenómeno se relaciona de manera similar con la percepción de los sismos durante la Semana Santa. En efecto, la ciencia respalda la idea de que la atención al tema de los sismos varía con la época del año, especialmente en eventos significativos como la Semana Santa, lo que lleva a la población a una mayor conciencia de los temblores.

De acuerdo con el Observatorio Volcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori) en Costa Rica, se registran alrededor de 30 terremotos cada día con magnitudes que oscilan entre 0 y 4.5. Durante la Semana Santa, no obstante, los ciudadanos parecen estar más alerta ante cualquier temblor, lo que crea la impresión de que hay un aumento en la actividad sísmica, aunque en realidad esto es solo una percepción. En efecto, los datos muestran que no hay correlación evidente entre otros factores, como el clima cálido, y las actividades sísmicas.

La última Semana Santa incluso bajó los temblores

Las investigaciones científicas sobre la actividad sísmica durante la Semana Santa evidencian que no hay un aumento de temblores en esos días, a pesar de que las fechas cambian anualmente. Además, los registros han demostrado que no existen patrones recurrentes al comparar la actividad sísmica con los días de la Semana Santa. En los últimos diez años, los movimientos sísmicos han mostrado irregularidades, y, asombrosamente, para el año 2024, la cantidad de temblores más baja se ha mantenido por un lapso de ocho años.

Un terremoto que marcó las fechas

A pesar de los argumentos contundentes de la ciencia acerca de la sismicidad durante la Semana Santa, la memoria cultural de Costa Rica es indudablemente propagada por el Terremoto de Golfito. Este evento sigue siendo un punto de referencia en la discusión temática. El terremoto ocurrió el Sábado Santo, el 2 de abril de 1983, hace ahora 42 años, y se registró a las 8:50 de la mañana, resultado de la interacción entre las placas de Coco y Caribe.

A pesar de la fuerza del temblor, que tuvo repercusiones significativas, se reportó un solo fallecido. Sin embargo, el daño estructural y el impacto en la sociedad fueron considerables. Un informe oficial menciona que en las áreas cercanas al epicentro, las casas sufrieron serios daños, y se informa que la oficina del alcalde en Ciudad Cortés colapsó. La intensidad del terremoto fue tal que en el Valle Central, la escala Mercalli lo catalogó con un impacto de VII, lo que indica efectos perceptibles en toda la población, afectando notablemente la infraestructura.

A pesar de que la actividad sísmica no muestra un patrón definido en las fechas de Semana Santa, el contexto histórico del temblor de 1983 ha creado un aura de inquietud y sospecha que perdura entre los costarricenses. Esta mezcla de percepción cultural y realidad científica sigue generando debate en torno a la sismicidad y su relación con las festividades.

Ni el sol ni las nubes juegan roles dentro de la sismicidad, los expertos instan (archivo/la foto del observador)
Semana Santa en Costa Rica: declaraciones científicas

¿Puede Alexis Gambova tocar un clásico?

Semana Santa en Costa Rica: declaraciones científicas

Los suplentes independientes analizan los votos sobre