
El 22 de abril de 1991 fue un día que quedó grabado en la memoria colectiva de Costa Rica como uno de los más catastróficos, cuando un poderoso terremoto sorprendió al país. A las 3:57 pm, un sismo de magnitud 7.7 tuvo su epicentro en el valle de la estrella, ubicado a 36 kilómetros de la ciudad de Limón. Este fenómeno natural provocó un movimiento telúrico con una intensidad que jamás había sido registrada en la nación y cuya magnitud no ha sido reproducida desde entonces.
El impacto de este terremoto fue tan vasto que personas alrededor de toda la región, desde Tegucigalpa en Honduras hasta la ciudad de Panamá y la isla de San Andrés en Colombia, sintieron sus efectos. El Informe Nacional de la Red Sismológica detalló que, en Costa Rica, la devastación fue significativa, con un total de 651 heridos reportados en la zona costarricense, mientras que Panamá contabilizó 1,061 heridos. Asimismo, en lo que respecta a decesos, 48 personas perdieron la vida en Costa Rica, mientras que en el territorio panameño se registraron 79 muertes.
El terremoto de limón también golpeó a Panamá
El impacto del sismo no se limitó a Costa Rica, ya que gran parte de la devastación se extendió también hacia Panamá. La magnitud de los daños fue alarmante: en Costa Rica, se contabilizaron 4,452 estructuras colapsadas y 7,869 viviendas dañadas, lo que reflejó la gravedad de la situación. El daño total ocasionado por el terremoto abarcó aproximadamente el 80% de la superficie costarricense y un 20% de Panamá, evidenciando su capacidad destructiva.
Según indicaciones del resumen proporcionado por la Red Sismológica Nacional, los daños más notables se produjeron en infraestructuras cruciales como carreteras, puentes, puertos y acueductos. Al respecto, fue necesario llevar a cabo la reconstrucción de unos 309 kilómetros de carreteras en Costa Rica, con un costo total de los daños que ascendió a 21,991.9 millones de colones.
La huella geológica aún se observa
El terremoto no solo tuvo efectos devastadores en la infraestructura y la vida de las personas, sino que también propició cambios geológicos notables en la región caribeña. Una de las transformaciones más destacadas fue el desplazamiento de la costa de Moín hacia el sur, llegando hasta Gandoca. Según estudios de geólogos, el levantamiento máximo alcanzó 1.85 metros en las comunidades aledañas a Limón y hasta 0.9 metros a lo largo de la costa de Bocas del Toro en Panamá.
Esta alteración geológica provocó la muerte de los organismos que habitaban en las plataformas de coral cercanas al área del sismo. Además, se identificó un aumento en la capa freática que varió entre 0.5 y 2.0 metros en áreas deltaicas y al noreste de Limón. Las tierras bajas de la costa caribeña y una vasta región del cordón montañoso de Talamanca sufrieron flujos de tierras que afectaron unos 3,000 km², lo que trajo consigo la devastación de 50,000 km² de bosque primario.
Además de estos efectos, el resumen también incluyó la observación de un tsunami de aproximadamente 2 metros que impactó simultáneamente en Costa Rica y Panamá. Este fenómeno adicional exacerbó aún más la situación de calamidad por la que atravesaban ambas naciones.
Los terremotos más fuertes
Como se mencionó anteriormente, el terremoto de Limón permanece en la historia como el evento sísmico más formidable que ha experimentado Costa Rica. De acuerdo a la Red Sismológica Nacional, los registros de los temblores más potentes en la región son:
- Limón, 22 de abril de 1991, 7.7.
- Limón, 7 de mayo de 1822, 7.6.
- Nicoya, 5 de septiembre de 2012, 7.6.
- Gulf Dulce, 4 de agosto de 1854, 7.5.
- Golfito, 2 de abril de 1983, 7.4.
- Pacífico central, 1939, 7.3.
- OSA, 5 de diciembre de 1941, 7.3.
En el análisis se incluyeron otros eventos de magnitud considerable, como uno ocurrido en 1934 con epicentro en Puerto Armuelles, Panamá (7.6), y otro en Nicaragua en 1992 (7.7), los cuales también tuvieron consecuencias significativas para Costa Rica. Otro grupo de sismos que superaron la magnitud de 7.0 incluye eventos ocurridos en Cartago (1948), Papagayo (1916), Ortina (1924) y Grecia (1882).