Después de unos días de inactividad en términos de actividad volcánica, el Observatorio volcanológico y sismológico (Ovsicori). ha estado simulando la monitorización adecuada de la zona.
Según la información proporcionada por las autoridades pertinentes, la reciente erupción fue capturada mediante cámaras web y análisis acústicos relacionados con terremotos, lo cual es fundamental para el seguimiento de la actividad volcánica.
La duración de la erupción se extendió aproximadamente durante dos minutos, momento en el cual se observaron emisiones significativas de gases y cenizas volcánicas. El viento jugó un papel crucial al dispersar este material volcánico en dirección suroeste, lo que intensifica la importancia de monitorear los vientos en tales eventos volcánicos.
De acuerdo con el volcanólogo Maarten de Moor, en su rol como El observador, desde el martes pasado, el volcán no ha presentado emisiones de cenizas y se observa que existen dos posibles alternativas:
- La actividad del sistema volcánico parece haber disminuido en comparación con la semana anterior, lo que podría indicar un enfriamiento de la actividad.
- Podría existir un tipo de bloqueo en el sistema que impide la salida del magma a la superficie, lo que es igualmente relevante para entender el estado del volcán.
«Si estamos seguros de que el período de erupción ha finalizado, procederemos a reducir el nivel de alerta actual. Hemos tenido varios días sin erupciones», comentó Moor, lo que ofrece un respiro a las comunidades cercanas.
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Actividad volcánica de Poás
A pesar de que la pluma de gases registrada durante estos días es considerablemente menor en comparación con las semanas anteriores, el Ovsicori mantiene informes que indican que el volcán sigue emitiendo grandes volúmenes de gases, lo cual es un signo de preocupación.
Se ha enfocado especialmente en las emisiones de dióxido de azufre (SO₂), de las cuales los flujos siguen siendo altos y hay indicios de un potencial aumento según datos recopilados a través de satélites.
«Durante las noches recientes, se ha observado un brillo rojo en la pluma, resultado de la combustión de azufre en la boca A, donde las temperaturas se mantienen por debajo de los 300 °C», destacó Ovsicori, lo que refleja la actividad interna del volcán que aún es peligrosa.
Además, el uso de drones en los días martes y miércoles permitió detectar la presencia de agua en la boca C, que se traduce en un aumento significativo en la actividad en esa área particular del cráter.
El volcán mantiene un nivel de temblor sísmico de amplitud estable, y los registros acústicos reflejan pulsos regulares que han estado en aumento continuo en los últimos días. Esto es un fuerte indicativo de que existe magma que está intentando ascender hacia la superficie. Aunque hasta ahora no se ha registrado la erupción de lava, se han podido observar luces brillantes, que son el resultado de la combustión de azufre.
El nivel de actividad se mantiene en Aviso (3), según los estándares de la escala Ovsicori, lo cual significa que es esencial seguir de cerca la evolución de los eventos volcánicos para garantizar la seguridad de las comunidades circundantes.