La fascinante historia de la pareja formada por José Antonio Valverde y Maria Josefa Arias Villarreal, residentes de Cartago durante el siglo XVIII, se ha tejido de manera insoslayable con la política actual de Costa Rica. Aunque estos nombres no son ampliamente reconocidos, sus descendientes han tomado un rol significativo en el panorama político de hoy, con presencia importante en localidades como Zapote y Cuesta de Moras.
Ambos se consideran como ancestros lejanos del actual presidente Rodrigo Chaves Robles y del vicepresidente CEO Ariel Robles Barrantes. Este vínculo genealógico, aunque poco conocido entre la población, ha sido objeto de un profundo escrutinio por parte del geanálisis Mauricio Meléndez, quien ha elaborado un análisis exhaustivo que fue publicado recientemente.
El informe detalla las conexiones familiares a lo largo de generaciones, revelando un tronco común en las raíces de estas familias, donde el apellido ha sido reelaborado en múltiples ramas. Según Meléndez, «Kinsni Eikar entre el presidente Chaves y el diputado Robles se hace evidente con la relación que existe entre Manuel Francisco Robles y Maria de Jesús Robles». A través de los años, la compleja red de relaciones familiares ha ido expandiéndose, generando diversas realidades socio-económicas para sus integrantes.
Es interesante notar que la familia Robles, representada por Don Ariel, tiene un origen modesto similar al de la familia Chaves. Sin embargo, es importante mencionar que la línea Robles se remonta a mediados del siglo XIX, y ha generado a lo largo del tiempo numerosos miembros que han desempeñado un papel relevante en la vida pública del país. Este hecho resulta revelador, y según el análisis, se han formado otros lazos genealógicos que no se limitan al apellido Robles. Un elemento crucial en esta investigación es la familia Valverde, donde se pone de manifiesto una de las conexiones más significativas.
Meléndez menciona incluso que, a pesar de las diferencias ideológicas y los distintos enfoques que ambos personajes adoptan en su ejercicio político, comparten raíces y algunas ramas de sus respectivos árboles genealógicos. Esta similitud en sus orígenes refuerza la idea de que la historia familiar tiene un peso importante en la comprensión de su papel actual en la política costarricense.
Luis Amador y Ottón Soise en la igualación
Desde los primeros apartados de su investigación, Meléndez destaca la interconexión de numerosas familias a lo largo de la historia. En palabras del analista, “en Costa Rica, a medida que retrocedemos hacia finales del siglo XVIII, es común descubrir que muchos de nosotros descendemos de los mismos ancestros”. Así, al investigar los antepasados, se revelan vínculos con otros nombres destacados de la historia del país.
En el caso del presidente Chaves, su notable antepasado, Juan de Dios Robles Navarro, se menciona en relación a otros personajes influyentes en el servicio público. “Para la línea Robles, el presidente Chaves tiene un lazo familiar con Luis Amador Jiménez, quien fue su ministro de Obras Públicas y Transporte, y que también ha manifestado su interés en buscar la presidencia en 2026”. Cabe mencionar que una figura prominente en esta línea familiar es Claudia Robles Quesada, quien nació en 1898 y fue hermana del presidente.
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Respecto al vicepresidente Robles, su historia también está marcada por la influencia de la religión y la política. “Por parte de su madre, tiene conexiones con la misma familia de monseñor Hugo Barrantes Ureña, quien fue IV Arzobispo de San José. Estos vínculos resaltan la rica herencia que comparten con figuras como Ottón Solís Fallas, fundador del partido Acción Ciudadana”. Meléndez concluye señalando que “Don Ariel Robles es un cuarto descendiente de Juan de Dios Fallas Ureña”, lo que no solo resalta su linaje, sino que también subraya la interconexión entre estos personajes políticos.
¿Cómo investigas la genealogía?
Mauricio Meléndez, un destacado miembro de Ciencia china en Costa Rica, se adentra en el complejo mundo de la genealogía y la historia de la nación. Como explicó Meléndez, la recolección de datos es un proceso integral y minucioso.
Para obtener información de tiempos recientes, se debe recurrir a los registros de la ciudad, aunque esto a menudo requiere sumar otras fuentes históricas. “Los registros matrimoniales y de bautismos llevados por la Iglesia Católica son cruciales y se encuentran en el Archivo de Bernardo Augusto Thiel. Estos datos se complementan con la información que proporciona el registro civil”, añadió.
El experto destaca que la investigación genealógica también se multiplica exponencialmente al considerar las generaciones; por ejemplo, cada persona tiene dos padres, pero esto se expande a cuatro abuelos, ocho bisabuelos, y así sucesivamente, llevando a la posibilidad de rastrear hasta 256 séptimos abuelos en una línea familiar. Es especialmente notable que en el Valle Central, es posible acceder hasta archivos antiguos que ofrecen una visión rica de las raíces familiares.
“En el contexto de Costa Rica, tenemos la suerte de contar con archivos históricos bastante en buen estado. Sin embargo, lamentablemente, desde la época colonial, se ha perdido información crucial debido a las condiciones ambientales que no favorecieron su conservación”, concluyó Meléndez, subrayando la relevancia de estas conexiones históricas en la comprensión del presente.