#Nacionales Bullying: los maestros tienen el deber legal de intervenir y establecer la mandíbula Redaccion Noticias CR / 1 semana mayo 6, 2025 0 En el contexto actual de la educación, se ha transformado la manera en que se percibe y se aborda el Bullying. Lo que anteriormente se consideraba simplemente como «bromas» o situaciones de conflictos menores en las escuelas, ha evolucionado hacia un tema grave que puede incluir acciones penales. Esto no solo implica comportamientos de acoso, sino que también abarca una variedad de delitos que pueden tener consecuencias significativas para los estudiantes involucrados. La oficina del fiscal de los jóvenes ha emitido una alerta, subrayando que el Bullying puede manifestarse en diversas formas — ya sea a través de la violencia física, patrimonial o emocional — y que la naturaleza de estos actos puede variar según la edad del involucrado o su orientación sexual. Ericka Chaves, la responsable del ministerio público en esta área, explica que estas actitudes son indicativas de un comportamiento hostil en el que una persona ejerce poder sobre otra que, en muchos casos, se encuentra en una posición vulnerable y no tiene los recursos necesarios para defenderse. «Es un comportamiento abusivo que refleja la necesidad de dominación por parte del agresor», señala Chaves. El fiscal también aclara que este tipo de comportamiento no solo se limita a incidentes repetidos. Una única acción violenta o de acoso puede ser suficiente para ser considerada como tal. Lo crucial es el impacto que tiene en la víctima. Las consecuencias pueden ser de naturaleza física, emocional y espiritual, y un punto de inflexión se da cuando la víctima comienza a modificar su comportamiento habitual o siente la necesidad de evitar situaciones en las que anteriormente se sentía cómoda. Es fundamental recalcar que la evaluación no depende de la intención del agresor, sino de cómo se siente realmente el destinatario de esos actos. En este sentido, existen dos variables primordiales. La primera se refiere al hecho de que, si bien el acoso puede llegar a serlo en términos legales, no está exento de un proceso administrativo más amplio que involucra a las instituciones educativas. La segunda variable es que el silencio no es una opción viable en el ámbito educativo; la comunicación es clave. Problemas para aquellos que están condenados Desde el punto de vista normativo, el acoso escolar se aborda dentro del código penal, mientras que en el contexto escolar se aplican los derechos de prevención y las medidas afirmativas contra el acoso escolar. Esto no solo crea la obligación de manejar los casos de acoso, sino que también refuerza la importancia de notificar a las autoridades correspondientes. Chaves enfatiza que «la escuela está en la obligación de reportar cualquier comportamiento sospechoso a la oficina del fiscal. Esto es independiente de la gravedad del delito; nuestra responsabilidad es determinar la naturaleza del incidente». Indicó que no es necesario que haya ocurrido una lesión grave para que algo se considere un delito. Además, el código de la infancia y la adolescencia subraya que cualquier persona que sea testigo de un abuso debe reportarlo. Para funcionarios públicos, no hacerlo conlleva una gravedad especial. Es crucial tener en cuenta que la falta de recursos puede complicar significativamente el acceso a la justicia para las víctimas de acoso y sus familias, lo que resulta en dificultades para establecer las denuncias necesarias. Como resultado, el personal educativo debe estar consciente de que no pueden evadir sus responsabilidades en este ámbito. Chaves recalca que los directores de las instituciones educativas deben estar alerta ante posibles «favores» que puedan recibir en el ejercicio de su función. Si bien la escalada hacia un proceso judicial puede ser una ruta, es esencial abordar las situaciones de acoso a nivel institucional. «El tratamiento de un asunto en la escuela difiere de un proceso judicial, que puede o no resultar en un delito. La institución educativa debe documentar y procesar todos los comportamientos, sin importar su naturaleza», explica el fiscal. Al presentar quejas, es fundamental capturar evidencia relevante, especialmente en lo que respecta a los incidentes virtuales (archivo) El papel de los padres ante el Bullying En su análisis, Chaves también aborda la importancia del papel que desempeñan los padres en situaciones de Bullying. Existen algunas señales de alerta que los padres deben tener en cuenta: Aislamiento social: Es común que los jóvenes que sufren acoso socialicen menos, mostrando renuencia a interactuar con sus pares. Quejas frecuentes: Los jóvenes pueden comenzar a compartir frustraciones y detalles sobre su situación, lo que puede ser indicativo de problemas más serios. Somatización: Es habitual que el estrés relacionado con el acoso se manifieste en problemas de salud como insomnio, dolores de estómago, y el uso excesivo de medicamentos. Señales de amigos: A menudo, son los amigos de la víctima quienes pueden detectar el sufrimiento antes que las propias víctimas. Chaves insta a los jóvenes a buscar orientación de sus padres durante estos procesos críticos, ya que es esencial que ambos trabajen en conjunto. «Es lamentable que con frecuencia los padres se vean obligados a suplantar las narrativas de sus hijos, abandonando su perspectiva única», añade Chaves. Resalta que, al poder verbalizar sus experiencias, los jóvenes están en una posición más fuerte para formalizar sus quejas y contar lo que realmente han vivido. En los procedimientos penales relativos a menores, aunque las multas pueden ser más suaves, la naturaleza de los delitos permanece sin cambios (Alonso Solano / The Observer) Compartir: