El Ministerio de Educación Pública (MEP) ha cerrado casi 200 centros educativos en los últimos doce años, debido a la reducción de la matrícula.

Así lo indicó Leonardo Sánchez, ministro de Educación Pública durante una entrevista con El Observador.

“Le doy un dato, en los últimos 3 años hemos disminuido la matrícula en 120.000 estudiantes. Eso es mucho. Y, en los últimos 10 años hemos cerrado cerca de 120 centros educativos, unidocentes muchos, pero los hemos cerrado y esto tiene que ver con los efectos de la transición demográfica.

Cabe destacar que Sánchez habló del cierre de 120, sin embargo los datos enviados por el Ministerio destaca que con exactitud son 192.

Solo en 2024, el reporte es de 21 cierres y para el curso lectivo del 2025 solo se ha aplicado el cierre de Satélite Chomes en Puntarenas.

Menos estudiantes

Con base en los datos suministrados por el MEP, en todos los niveles de enseñanza ha habido una disminución de estudiantes.

A modo general, entre el 2019 y el 2024, ha habido una reducción de 95.613 personas.

En Preescolar en ese mismo periodo, hay 13.577 niños y niñas menos. En Primaria es más marcada la merma pues pasó de 497.065 en 2019 a 460.126 en 2024 es decir 36.939.

Si nos vamos a secundaria es aún mayor, pues en 2019 había 504.316 estudiantes matriculados, pero el año pasado hubo 464.490. Eso quiere decir que hay un bajón de 39.826 estudiantes.

Finalmente, en educación para el trabajo la reducción en el mismo lapso es de 5.271 estudiantes.

Como datos generales, en el Ministerio destacan que en los últimos tres años (2022-2024).

“Se observa una reducción en la matrícula inicial, de entre 31 200 y 35 400 estudiantes aproximadamente en la educación total; en la educación tradicional dicha reducción se encuentra entre los 2200 y los 19600 estudiantes”, indicó la institución.

Ahora bien, si se compara la matrícula del 2023 con el 2024, se redujo en 35.465 estudiantes.

“De esta reducción, un 55% corresponde a la educación tradicional, y el resto a servicios educativos como IPEC, CINDEA y Educación para el Trabajo, entre otros”, destacó el Ministerio.

“Si se compara la cifra de matrícula 2023 con la matrícula del 2021, efectivamente hay una reducción de 65 875 estudiante. En esa comparación se debe que el dato 2021 corresponde al año con mayor matrícula en el período 2010 al 2024”, agregó.

Utilizarlos para redes de cuido

Con la disminución de nacimientos, Costa Rica debería de tomar como una oportunidad de mejora la calidad de la educación costarricense y la utilización de la infraestructura para la ampliación de las redes de cuido.

Al menos ese es el criterio de Natalia Morales, investigadora del Estado de la Nación y del Estado de la Educación.

“Abre una oportunidad enorme para el país para ya no solo invertir en cobertura de la educación y el cuido, sino en la calidad, pero hay que tomar en cuenta varias cosas porque ese no es el panorama actual”, destacó.

“Nosotros el año pasado dijimos que uno de los grupos más afectados por la incidencia de la pobreza son los menores de 6 años, es decir, tenemos  alrededor entre un 35 y un 40% de niños y niñas menores de 6 años que están viviendo en hogares en condiciones de pobreza y por eso es tan importante reforzar la calidad de la educación preescolar y también la cobertura de la red de cuidado”, indicó a El Observador.

Morales también apuntó a la oportunidad para las mujeres para insertarse al mundo laboral. Ello, en un panorama donde aumente la cobertura de red de cuido. Son las mujeres sobre quien recae principalmente, las labores de cuido de menores, adultos mayores y personas con discapacidad.

“¿Cuáles los problemas que tenemos? Bueno, que esa red sigue teniendo muy baja cobertura. La última estimación que nosotros habíamos hecho es que solo alrededor de los de un 15% de los menores de 6 años en condición de pobreza están cubiertos por la Red de Cuido. Y eso si lo abrimos ya a personas en total es menos de la mitad, alrededor de un 8%”, puntualizó.

Para la especialista, la atención en primera infancia demanda más inversión, más inversión social.

“Y por eso es una oportunidad enorme de aprovechar esa infraestructura que tenemos en los centros educativos de la educación preescolar que además sigue teniendo serios desafíos, sigue teniendo jornadas reducidas, no todos, digamos, la calidad de los servicios de preescolar son similares en el país.

Sabemos que hay país hay zonas del país, sobre todo las las más rurales que enfrentan serios rezagos en materia de infraestructura educativa. Pero además hay limitantes en en aspectos legales para que los centros escolares se usen como para la red de cuidado”, recomendó.

Algunos factores para el cierre de centros educativos

Para Johanna Rodríguez, docente de la Escuela de Sociología de la Universidad de Costa Rica (UCR), la disminución de matrícula podría estar directamente relacionado a una disminución en los nacimientos.

“Esto se debe a muchos factores, principalmente a las oportunidades que han tenido las mujeres a estudiar, el acceso a mejores condiciones a laborar. El hecho de que han tenido la oportunidad de estudiar hasta universidad y maestría y doctorado, hace que decidan no tener hijos o tener menos, tener uno”, resaltó.

En el caso específico de secundaria, destacó que muchos no asisten al sistema educativo formal al catalogarlo como “expulsor”.

“No es que la gente deserte, en muchos casos los dejan pero el sistema es expulsor, que no brinda las oportunidades a todas las personas”, dijo.

“Un sistema educativo que no es amigable con ciertas poblaciones de estudiantes, la misma situación económica hace que muchas personas o familias decidan que tienen integrantes menores de edad, tengan que trabajar o tengan que estar ejerciendo actividades de cuido por ejemplo si mamá y papá están y mamá sale a trabajar, eso se ha visto en algunos estudios que han hecho en donde la persona mayor ya sea mujer u hombre, pero principalmente mujeres, quedan al cuido de sus otros hermanos”, agregó.

A eso sumó la situación económica en la actualidad y la violencia en centros educativos, principalmente a través del bullying.

Asimismo, la socióloga consideró que la situación guarda relación con la modificación en la pirámide poblacional.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) ha habido un aumento en la población adulta mayor. Pasó de ser el 5,6% de la población en 2000 a ser el 10,1% en 2023.

“Esta dinámica demográfica, ha hecho que, con el paso del tiempo, la población menor de 15 años disminuya su peso relativo. Para el 2022 alcanza el 20,8 %, mientras que en 2000 era el 31,9 %”, indicó el INEC en 2023 con base en los resultados de la Estimación de Población y Vivienda realizada en 2022. 

¿Una sociedad sin niños?

Rodríguez es del criterio que no nos vamos a quedar sin niños. Los parques infantiles seguirán teniendo protagonistas y seguirá habiendo quiénes asistan a Preescolar.

Eso sí, considera que habrá menos en comparación con la actualidad y continuaría el panorama de cierre de centros educativos.

“Los nacimientos siempre se van a dar”, enfatizó.

“Sí creo que siempre van a haber personas que quieren tener hijos. Pero muchas mujeres van a tener a una edad más avanzada y no como nuestras madres a los 20”, sumó.

Sin embargo, sí debemos como sociedad analizar qué vamos a hacer y cómo vamos a utilizar la infraestructura educativa que quedará disponible.

Para la socióloga, es una oportunidad para utilizar esos espacios con tal de brindar cursos a los adultos mayores.

Desde ya, Rodríguez rescató los cambios que se han venido dando en esta población que, gracias al sistema de salud es más robusta.

Ahora, una persona de 80 años asiste sola al programa de atención integral de la UCR, ejemplificó la experta.

“Sí se va a necesitar en el país instituciones de cuido, pero también instituciones que den una atención diferente, que enriquezcan sus conocimientos. Que enseñen idiomas, que aprendan sobre diferentes manifestaciones culturales”, apuntó.

Incluso, cuestionó si en un corto plazo vamos a tener que replantear la edad de inicio de los adultos mayores para aumentarla a 70. Eso, no tendría que significar que las personas deban pensionarse a esa edad, según la socióloga.

Más bien, debe de continuar como en la actualidad y con oportunidades para continuar estudiando y “no necesariamente jugando bingo”.

Nuevos niños no reemplazan la población actual

Como indicó el ministro desde el principio, la baja en la cantidad de estudiantes tiene como principal causa la natalidad y la transición demográfica.

En noviembre de 2024, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reportó que, en 2013, las mujeres tenían en promedio 1,76 hijos al finalizar su periodo fértil.

Sin embargo, ese año, la tasa de fecundidad llegó a ser de 1,19. De acuerdo con el INEC, desde el 2013, los números están por debajo del reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer).

“Para 2023, este promedio se reduce a 1,19 hijos e hijas por mujer, es decir, aproximadamente un hijo o hija menos en los últimos once años. Desde 2021, el país presenta niveles de ultra baja fecundidad, por debajo de 1,5 hijos e hijas por mujer”, señaló Olga Araya, coordinadora de Estadísticas Demográficas.

Por su parte, el demógrafo Luis Rosero estimó que para el 2050 habrá 770.000 niños y adolescentes en Costa Rica. La cifra hoy es de 954.000 menores de 12 años, según el INEC.

Rosero analizó los aspectos positivos de la caída en la natalidad, en su artículo: “El lado bueno en la caída de la natalidad”, publicado el 14 de enero de 2025.

Allí destaca que que el cambio es una oportunidad para las mujeres. En particular, para aquellas que están en etapa escolar, pues denota que están priorizando su educación sobre la maternidad.

Eso se traduciría en mejores oportunidades laborales y educativas para las féminas. Eso las llevará a romper el círculo de la violencia, según el experto.

“Los datos del Censo muestran que la proporción de muchachas que ya son madres a los 19 años cayó de 22% al 11% entre el 2011 y 2022”, detalló.

Asimismo, cree que esto es una oportunidad para que las instituciones públicas puedan mejorar sus servicios a los menores de edad, sin la necesidad de aumentar los presupuestos.

Entre ellas citó al MEP que podría brindar una mejora en la calidad de la educación, al tener menos niños en las aulas. También, el Patronato Nacional de la Infancia podría atender a más menores, considera el experto.

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