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Contaminación con clorotalonilo: la salud defiende acciones

El Ministerio de Salud de Costa Rica ha emitido un comunicado este sábado, en el que se detalla el avance en la supervisión de la calidad del agua en la región norte de Cartago, enfocándose particularmente en los cantones de Oreamuno y Alvarado. Este informe llega en respuesta a una reciente decisión de la sala constitucional, publicada el viernes, la cual destacó varias violaciones relacionadas con el cumplimiento de normativa por parte del ejecutivo.

Entre las preocupaciones expresadas por el cuerpo constitucional se encuentran las deficiencias en la respuesta del Instituto de Acueductos y Alcantarillado (AYA) y del Ministerio de Salud, quienes aún no han logrado resolver adecuadamente las problemáticas que afectan el suministro de agua potable en dichas áreas.

En su defensa, el Ministerio de Salud argumenta que la segunda fase de su plan de recursos hídricos, llevada a cabo en noviembre de 2024, mostró una notable mejora en la calidad del agua, evidenciada en tres de las cuatro muestras analizadas. Los niveles de metabolitos en estos puntos se mantienen por debajo del valor máximo permitido ajustado por riesgo (VMAR), lo que, según la entidad, representa un avance significativo en la protección de la salud pública.

No obstante, el Ministerio también ha reconocido que en la fuente llamada «Benjamin», que es administrada por los sistemas de acueducto y alcantarillado de Santa Rosa de Oreamuno, se registran concentraciones superiores a los niveles permitidos. En consecuencia, la autoridad de salud ha establecido restricciones para esta fuente, garantizando así la seguridad de la población, tal como se detalla en el comunicado oficial.

El ministerio subraya que este esfuerzo se realiza en colaboración con diversas instituciones: el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AYA), el Ministerio de Ambiente y Energía (Mina), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), así como con los laboratorios del Centro de Investigación en Ciencias del Agua (CICA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Instituto de Recursos Naturales y Energía (IRET).

El monitoreo continúa

El Ministerio de Salud reitera que, como parte de sus esfuerzos por proteger la salud de las comunidades, se han llevado a cabo múltiples acciones. Entre ellas se encuentra la prohibición del uso del clorotalón, dictada por la decisión ejecutiva número 44280-S-Poder-Minas, y el establecimiento de valores de referencia en coordinación con la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Además, se realizan análisis a través de laboratorios especializados, y se emiten órdenes sanitarias para clausurar fuentes que no cumplen con los estándares establecidos. Se están implementando medidas para proteger las áreas de recolección, incluyendo órdenes sanitarias para los sistemas de agua y revisiones normativas exhaustivas.

Hasta el momento, se han analizado un total de 75 fuentes de agua, y solo cuatro de ellas han mostrado niveles de metabolitos que superan el límite permitido, lo que indica que la mayoría del agua en la zona es apta para el consumo humano.

La habitación da otra resolución

Recientemente, la sala constitucional emitió un pronunciamiento en el que se estableció que el poder ejecutivo no había cumplido con las directrices establecidas por el decreto de tres años (2022-026065), en relación con una nueva resolución (2025-12770). En este pronunciamiento, se ordenaba a ambas instituciones a abordar la contaminación por metabolitos de clorotalón en las nacientes de la región.

El fallo del poder judicial también abordó una gestión de desobediencia, mencionando que el gobierno había cesado el suministro de agua mediante camiones cisterna y había dejado de implementar otras medidas necesarias.

La entidad señaló que el Tribunal Constitucional determinó que las medidas sanitarias se establecieron en octubre de 2024 tras la detección de metabolitos de clorotalón en las fuentes de agua en Carlos Calvo y Plantón, que son parte de las zonas afectadas en Oreamuno.

Nota Más: El distrito de Oreamuno de Cartago enfrenta severos problemas relacionados con el agua: contaminación, insuficiencia y procesos legales

El gobierno quería cumplir con otros límites

Es importante señalar que el Instituto Regional de Sustancias Tóxicas de la Universidad Nacional (IRET) identificó contaminación por clorotalón desde 2022 en las fuentes de Plantón y Carlos Calvo. En Costa Rica, la normativa sobre la calidad del agua potable establece que la concentración máxima permitida de pesticidas en el agua es de 0.1 μg/L, y la suma total de todos los pesticidas no debe superar los 0.5 μg/L.

Sin embargo, las autoridades han insistido en que no hay problemas de salud, ya que los parámetros del agua se alinean con lo recomendado por la Organización Panamericana de la Salud, según un informe de octubre de 2024, donde se precisaba que no se habían superado los límites establecidos en la legislación nacional. Esto indica que se han elevado mediciones que no son oficiales en el país.

El Tribunal ha señalado que varios tipos de metabolitos derivados del clorotalón se encontraban en concentraciones superiores, sin aplicar la regulación previamente reformada para incluir otros parámetros respaldados científicamente.

A lo largo de tres años, AYA intentó desestimar los resultados del IRET, alegando que no era un laboratorio oficialmente acreditado.

En respuesta a la presión de la ciudadanía, en noviembre de 2023, el presidente Rodrigo Chaves firmó una resolución que prohíbe el uso del clorotalón. Los demandantes en este caso argumentan que están siendo utilizados de manera indebida.

En julio de 2024, junto con AYA y el Ministerio de Agricultura y Ganadería, se comenzaron a realizar pruebas de agua en las comunidades afectadas.

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Desde finales del año pasado, la administración de Chaves Robles ha estado enfocándose en mejorar la calidad del agua. Se busca definir los valores máximos permitidos (VMA) como los límites a partir de los cuales el agua ya no es apta para el consumo humano.

Con el objetivo de reformar las normativas existentes, el gobierno desea establecer un valor de advertencia (VA), informando sobre posibles contaminantes en futuros estudios y evaluando las consecuencias que esto podría traer.

Además, se plantea que las asociaciones administrativas de los sistemas comunitarios de acueducto y alcantarillado (ASADA) sean responsables de realizar los estudios necesarios para analizar la contaminación, aunque muchas de estas organizaciones ya enfrentan limitaciones significativas de recursos.

De este modo, diversas organizaciones ambientales, académicas y representantes han manifestado su oposición al proyecto de reforma de las regulaciones.

“Esta reforma parece buscar legalizar la contaminación por cualquier químico agrícola que pudiese ingresar al agua en el futuro. No prioriza el bienestar de la población ni la mejora de la calidad del agua que consumimos, sino que parece ser un intento desesperado de evitar actuar sobre este serio problema de contaminación”, comentaron a principios de este año.

Entre las organizaciones que han criticado estas acciones se encuentran la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), Green Block, el Frente Eco Cipreses, la Federación Costarricense para la Conservación del Medio Ambiente (FECON), la Red de Coordinación de Biodiversidad, así como varias organizaciones locales. También, los representantes Rosaura Méndez del Partido Liberación Nacional, Ariel Robles del Frente Amplio, y la diputada independiente Kattia Cambronero han alzado su voz en rechazo a esta situación.

Esta semana, la Comisión Ambiental aprobó un texto que sustituye las regulaciones sobre pesticidas que son altamente peligrosos para la salud y el medio ambiente, un proyecto propuesto por la diputada Cambronero. Sin embargo, se han realizado cambios en relación a las sanciones, la lista de prohibiciones y la eliminación de la exención del impuesto al valor agregado (IVA) para los pesticidas que presentan alto riesgo.

De acuerdo con un estudio del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), published in 2022, Costa Rica se posiciona como uno de los principales consumidores de pesticidas por hectárea en el mundo, estimándose un uso promedio de 34.45 kilogramos por hectárea entre 2012 y 2020.

El actual gobierno ha intentado desacreditar este estudio y atacar a la PNUD.

Nota Más: La diputada Kattia Cambronero sugiere prohibir el uso de productos químicos agrícolas altamente contaminantes

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