La decisión sobre el puesto de liderazgo en la Asamblea Legislativa ha cambiado la dirección política de la institución. El delito de Pusc tomó la determinación de que Daniela Rojas sería la candidata elegida para ocupar la primera oficina, específicamente en el contexto del contrato y las negociaciones en curso con Rodrigo Arias. Sin embargo, es importante destacar que esta decisión no fue respaldada de manera unánime por todos los miembros.

Un importante político que no participó en la votación sobre esta controversial elección fue Carlos Felipe García. Este legislador, el jueves anterior, decidió presentar su nombre como candidato para el mismo puesto que había ocupado durante el tercer período legislativo. Este paso fue percibido por muchos como un audaz intento de sumar apoyo y reconfigurar la dinámica dentro del asamblea.

Aparentemente, lo que parecía ser un proceso sencillo se tornó en un laberinto de complicaciones políticas. García, al expresar sus intenciones, manifestó: «Creía que, a partir de las decisiones tomadas por el delito, podría tener la oportunidad de contribuir. Bueno, hoy la mayoría de la sesión legislativa decidió apostar por que yo continuara liderando desde el primer secretario». Esta declaración dejó ver la confianza de García en su capacidad de liderazgo y en los cambios que podría implementar.

En la primera votación, García logró recibir el respaldo de 20 suplentes, una cifra que, aunque significativa, se quedó corta frente a los 28 votos cosechados por Rojas. Por lo tanto, como no se alcanzó el mínimo necesario de 29 votos para una elección decisiva, se procedió a una segunda ronda. En esta etapa, el ambiente era tenso, y los debates sobre las estrategias de negociación de última hora eran palpables.

Varios diputados del Partido Liberación Nacional (PLN) optaron por romper el contrato que habían establecido, y Rojas se abstuvo de votar. Esta situación generó nuevas inconsistencias y desavenencias internas, de manera similar a lo que había sucedido durante las riendas, momento en el cual se tomaron decisiones cruciales pero también muy debatidas.

Cuando llegó el momento de la segunda votación, García mostraba mucha más fuerza que antes. En esta nueva contienda, logró reunir un total de 28 votos, mientras que Rojas sólo obtuvo 27. Sin embargo, se registraron también votos en blanco y cero, lo que conforme a la regulación, se suman al que reciba más apoyo. Así, García alcanzó un total de 30 votos, asegurando así su posición en la primera oficina.

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