Estados Unidos destruye un narcosubmarino en aguas del Caribe – Noticias cr

Estados Unidos ha confirmado un ataque contra un submarino presunto narcoterrorista en aguas del Caribe, operación que mató a dos tripulantes y detuvo a dos. El hecho, que tuvo lugar el pasado jueves, forma parte de una serie de acciones militares encaminadas a frenar el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense.

Las imágenes difundidas por Donald Trump del ataque de las fuerzas armadas estadounidenses a un narcosubmarino en el Mar Caribe han vuelto a poner en el centro de escena la implacable lucha antidrogas de Estados Unidos. El operativo, que se llevó a cabo el pasado jueves, dejó dos tripulantes muertos y otros dos sobrevivientes, quienes serán repatriados a Colombia y Ecuador para su detención y procesamiento. Esta acción forma parte de una serie de ofensivas militares estadounidenses en aguas cercanas a Venezuela, con el objetivo declarado de detener el tráfico de fentanilo y otras drogas hacia territorio estadounidense.

Así fue el ataque de Estados Unidos contra un submarino narcoterrorista en el Caribe

Este sábado, el presidente Trump compartió imágenes del momento del ataque. En él se puede ver un submarino navegando en aguas del Caribe, hasta que es interceptado por un misil militar estadounidense.

En el mismo mensaje, el jefe de Estado norteamericano anunció repatriación de supervivientes a través de tu cuenta de Truth Socialdonde también aseguró que la inteligencia estadounidense confirmó que la embarcación transportaba principalmente fentanilo y otros narcóticos ilegales.

El presidente subrayó que ningún miembro de las fuerzas estadounidenses resultó herido en el ataque y justificó la operación diciendo: «Dos de los terroristas están muertos. Al menos 25.000 estadounidenses morirían si se permitiera aterrizar a este submarino».

Fue la primera operación norteamericana en la que se registraron supervivientes, ya que en los cinco ataques anteriores murieron al menos 27 personas y no se reportaron arrestos.

En cuanto a la identidad de los sobrevivientes, Trump explicó que son ciudadanos de Colombia y Ecuador. Ambos serán devueltos a sus países de origen, donde enfrentarán cargos relacionados con el narcotráfico. Las autoridades estadounidenses no especificaron cuántas personas había a bordo del barco y no proporcionaron detalles adicionales sobre el estado de los supervivientes.

La administración Trump ha defendido la legalidad de estas operaciones, argumentando que Estados Unidos mantiene un «conflicto armado no internacional» con organizaciones narcoterroristas presentes en Venezuela, lo que, según la Casa Blanca, legitima el uso de la fuerza en la región.

Es habitual que Trump comparta vídeos de estos ataques en sus redes sociales y describa a los fallecidos como «narcotraficantes». El presidente también insistió en que destruir estos buques salva miles de vidas estadounidenses, repitiendo que «cada vez que destruimos un barco, salvamos la vida de 25.000 estadounidenses».

Sin embargo, la ofensiva militar generó preocupaciones en el ámbito político y legal estadounidense. qVarios legisladores demócratas y expertos jurídicos cuestionaron si los ataques cumplían con el marco legal internacional y nacional, y exigieron al Ejecutivo aportar pruebas de que los barcos interceptados en realidad transportaban sustancias ilegales. Algunos miembros del Congreso han argumentado que la administración necesita autorización del Congreso para realizar este tipo de operaciones militares.

Estados Unidos destruye un narcosubmarino en aguas del Caribe

La reacción del gobierno venezolano no se hizo esperar. Maduro ha negado cualquier vínculo con redes de narcotráfico y acusó a la Casa Blanca de buscar un cambio de régimen en Venezuela. Maduro advirtió que estaba preparado para declarar el estado de emergencia ante lo que calificó como «agresión estadounidense» y se otorgó poderes adicionales en caso de un ataque externo. El anuncio de Trump autorizando operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela alimentó especulaciones en Caracas sobre un posible intento de derrocar al régimen venezolano.

El contexto de esta acción militar incluye un aumento significativo de la presencia estadounidense en el Caribe desde agosto, con el despliegue de destructores con misiles guiados, aviones de combate F-35, un submarino nuclear, ocho buques de guerra, bombarderos B-52 y unos 10.000 soldados. El miércoles antes del ataque, bombarderos estratégicos estadounidenses volaron a unos 240 kilómetros al norte de la costa venezolana, lo que aumentó las tensiones en la región.

En este clima de creciente hostilidad, el régimen venezolano adoptó medidas preventivas. Nicolás Maduro firmó un decreto que establece el estado de shock externo, que otorga al Ejecutivo poderes excepcionales para responder a una posible agresión extranjera, en respuesta a recientes declaraciones públicas de Trump y otros altos funcionarios estadounidenses.

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