Grecia Ash: Impacto en la escuela El Cajón


Este lunes, los estudiantes de la Escuela de El Cajón, ubicada en Grecia, reportaron un nuevo episodio de caída de cenizas, resultante de las recientes erupciones del volcán Poás. Esta situación ha generado preocupación entre la comunidad escolar y ha llevado a medidas inmediatas para garantizar el bienestar de los alumnos.
De acuerdo con el informe emitido por el sistema de emergencia 9-1-1, se notificó que varios estudiantes fueron impactados por la lluvia de cenizas y, como resultado, fueron resguardados en un aula para prevenir cualquier problema de salud adicional.
No obstante, Anthony Murillo, quien forma parte del comité de emergencias municipales, declaró a El observador que no fue necesario realizar el traslado de ningún estudiante a un centro médico. Se detalló que la información sobre el incidente mostró que algunos de los alumnos experimentaron malestar debido a la exposición a las cenizas volcánicas.
«La Cruz Roja y los equipos de bomberos llegaron rápidamente al lugar y confirmaron que los estudiantes se encontraban en un receso cuando se desató la nube de cenizas. Afortunadamente, el grado de incomodidad experimentado fue temporal», afirmó Murillo. Esta situación ha llevado al Comité Municipal a mantener un monitoreo activo sobre los informes que continúan surgiendo, así como a coordinar con los centros de salud de la zona en caso de que sea necesario realizar algún tipo de transferencia médica.
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Mala calidad del aire
El monitoreo realizado por el Laboratorio de química de la atmósfera de la Universidad Nacional (UNA) ha indicado que la calidad del aire en el cantón ha sido considerada muy mala. Según los reportes, desde las primeras horas de la mañana se ha detectado una calidad del aire deficientemente baja, persistiendo durante más de siete horas sin que se logre una mejora significativa. Este problema no solo se limita al dióxido de azufre, sino que involucra una mezcla que complica aún más la situación.
José Pablo Sibaja, representante del laboratorio, mencionó: «Estas condiciones tienen un efecto sinérgico, donde los efectos negativos de las cenizas y el SO₂ se combinan, resultando en una notable disminución de la calidad del aire».
La prolongada exposición a este tipo de contaminantes, acompañada por la mezcla de los dos compuestos, puede generar alergias y otros síntomas más severos en personas con condiciones de salud respiratorias sensibles.
- Tos
- Dolor de garganta
- Irritación de los ojos
- Goteo de la nariz y congestión nasal
- Irritación de la piel
«Es recomendable que las personas utilicen mascarillas adecuadas para evitar la inhalación de estas partículas nocivas. También es aconsejable sellar las casas colocando dampers o paños en ventanas y puertas para impedir que las cenizas ingresen», aconsejó Sibaja.
Concentraciones de dióxido de azufre el lunes en Grecia. (Cortesía de la imagen/uno).
Concentraciones finas de cenizas el lunes en Grecia. (Cortesía de la imagen/uno).
Actividad volcánica
Este lunes, el volcán Poás continúa mostrando actividad eruptiva, con una emisión constante de gases y desalojo de rocas calientes que generan preocupación en la zona. Los residentes están atentos a las actualizaciones sobre la situación volcánica.
De acuerdo con el informe reciente del vulcanólogo Geoffroy Avard, del Observatorio Volcanológico y Sismológico (Ovsicori), la actividad registrada durante este lunes presenta variaciones con respecto a lo observado el día anterior.
«Ayer, el volcán experimentó un fuerte episodio eruptivo que tuvo características similares a la erupción del miércoles pasado, donde la pluma alcanzó una altura de 3,500 metros sobre el cráter. Sin embargo, la densidad de la nube complicó nuestras mediciones», explicó Avard.
«Las erupciones del Poás siguen produciendo constantes emisiones de cenizas, y se pueden observar rocas calientes suspendidas ocasionalmente en la atmósfera», agregó. Esta actividad volcánica es monitoreada de cerca para garantizar la seguridad de quienes residen en las áreas circundantes.
Durante la noche, se utilizó una cámara infrarroja que permitió registrar la expulsión de algunas rocas calientes. Según Avard, estas son fácilmente detectables por la cámara debido a su temperatura. «Normalmente, la cámara infrarroja mide temperaturas entre 200 y 300 grados, lo que las hace visibles en la oscuridad», detalló.
«A pesar de que anoche no se observó una gran cantidad de emisiones brillantes, algunas rocas calientes fueron proyectadas, lo que es un indicio de la actividad constante del volcán», comentó el experto. Sin embargo, según los datos de Ovsicori, no se prevé un aumento significativo en la actividad eruptiva en un futuro cercano.