Grecia Volcán Poás: Impacto en la vida diaria



Anthony Murillo, un residente de Grecia y miembro activo del comité de emergencias municipales, comparte sus impresiones sobre una situación que ha comenzado a afectar la vida cotidiana de quienes residen cerca del volcán Poás. Es una voz que se escucha cada vez más frecuentemente entre los cercanos al coloso:
«Es un vecino que nos tiene a nuestras espaldas, y debemos aprender a vivir con él».
La realidad de tener al volcán como un «vecino» ya no es algo distante; se ha convertido en una parte intrínseca de la vida diaria, una rutina marcada por el olor penetrante a azufre, la calima que invade el aire y los efectos directos en la salud de los habitantes locales.
Anthony y su familia han estado experimentando síntomas que persisten desde hace semanas, manifestaciones que inicialmente confundieron con resfriados comunes. Sin embargo, han llegado a entender que estos problemas de salud están directamente relacionados con la actividad volcánica. De acuerdo con el Observatorio Volcanológico y Sismológico (OVSICORI), desde el 23 de marzo, el volcán ha mostrado actividad eruptiva constante.
«Me di cuenta de que tenía irritación en la garganta. Comencé a consumir medicamentos, pensando que sólo era un resfriado, pero más tarde comprendí que esto era consecuencia de la erupción del volcán», comenta Anthony, quien no es el único afectado; su esposa ha presentado síntomas similares y otros miembros de la comunidad también mencionan que han experimentado irritaciones en la piel, ojos llorosos y tos recurrente.
Sorprendentemente, la mayor molestia se ha manifestado durante las primeras horas de la mañana. «El sabor intenso a azufre se percibe principalmente entre la 1 y las 6:30 de la mañana. Aunque durante el día el olor permanece, es mucho más fuerte durante esas horas», explicó. Murillo observa que, aunque los picos de contaminación del aire son breves, son bastante graves, y ha habido al menos tres días en los que la calidad del aire ha fluctuado entre condiciones moderadas y deficientes.
Nota: ¿Qué sucede con la calidad del aire en Grecia? Los gases volcánicos de Poás lo están contaminando.
¿Cómo es la calidad del aire?
Durante la Semana Santa, la calidad del aire en Grecia se reportó como predominantemente mala, según José Pablo Sibaja, del Laboratorio de Química de la Atmósfera de la Universidad Nacional, quien destacó que «esta imagen es un claro reflejo de una situación alarmante. Un color verde indica buena calidad del aire; amarillo representa calidad promedio; naranja, débil; y rojo intenso, muy mala calidad».
Según sus análisis, no ha habido momentos significativos de buena calidad del aire desde la noche del 14 de abril. «En general, la calidad del aire ha estado entre niveles medios y bajos», añadió. Esta exposición prolongada, aunque no siempre crítica, puede acarrear consecuencias graves para la salud de los ciudadanos.
«Si la calidad del aire es amarilla o naranja, los individuos más vulnerables como niños, ancianos o aquellos con asma o alergias pueden experimentar problemas como tos, irritación de los ojos o dificultades respiratorias. Incluso, en situaciones de calidad del aire rojo, la mayoría de las personas pueden desarrollar problemas respiratorios», explicó el especialista.
Sibaja resaltó que, a pesar de que no se han alcanzado niveles críticos de calidad del aire durante periodos prolongados, sí se ha evidenciado un patrón de acumulación constante de contaminantes, incluyendo gases como el dióxido de azufre y partículas nocivas. «Esto significa que, aun si no se alcanza el nivel más crítico, la exposición continua puede afectar la salud de la población. Por lo tanto, es crucial que todos tomen medidas de protección», enfatizó.
Entre las recomendaciones se incluye mantener puertas y ventanas cerradas, usar pañuelos húmedos en las rendijas para evitar la entrada de gases, lavarse las manos frecuentemente, limpiar superficies y cambiar el agua a los animales. «A pesar del calor, lo ideal es mantener los hogares cerrados para que estas sustancias nocivas no entren. La lluvia puede ayudar a limpiar el ambiente, pero hasta ahora no ha sido suficiente», sugirió.
Nota: Instale el gas y el azímetro en Grecia para evaluar la calidad del aire.
Efectos visibles en el medio ambiente
Aparte de los problemas respiratorios que han afectado a muchos, la influencia del volcán también se refleja visiblemente en el entorno natural. «Ya se observa el deterioro en algunos árboles, especialmente en los abetos, que están comenzando a secarse. El verdor se está convirtiendo en un tono naranja», mencionó Murillo, quien también ha notado preocupantes efectos en las plantaciones de café y en los pastos, preocupando a los productores locales.
Murillo recordó que durante la erupción de 1994, los daños en la vegetación fueron tan severos que muchos árboles prácticamente desaparecieron del paisaje. En estos días también se ha visto afectada la visibilidad debido a la calima. «El resultado es que el martes por la mañana ni siquiera pude distinguir el centro de Grecia. Las montañas fueron invisibles desde Sarchí, Naranjo o Bajo del Toro», lamentó.
Tenga en cuenta más: aire tóxico y lluvia ácida: así afecta los estallidos del volcán Poás en lugares como Grecia.
Comunidades
Ante esta difícil situación, el comité de emergencias municipales, del cual Murillo forma parte, ha intensificado su labor desde el inicio de las erupciones hace casi un mes. Las comunidades que han sido más afectadas son San Miguel, El Cajón, San Isidro, Calle Rodríguez y San Roque, donde se ha reportado un aumento significativo en la desgasificación del Poás, especialmente en las últimas tres semanas.
En colaboración con la Universidad Nacional, se instaló una estación de monitoreo de calidad del aire, detectando varios amaneceres con condiciones severas. Aunque las lluvias pueden proporcionar un alivio temporal a las condiciones ambientales, el efecto no parece ser duradero. «La lluvia puede ayudar a mejorar la situación en el corto plazo, pero pocas horas después, la nube gris vuelve a aparecer. Sin lluvias continuas, la atmósfera se vuelve asfixiante nuevamente», apuntó.
Murillo asegura que él y su familia están tomando en serio las recomendaciones necesarias que se están dando para minimizar su exposición, como colocar pañales húmedos bajo las puertas, lavarse las manos tras estar al aire libre y utilizar mascarillas o gafas de sol al salir. «Los expertos ofrecen recomendaciones muy válidas, y creo que todos deberíamos seguirlas. Puede que esta situación se solucione mañana, o que se prolongue durante dos o tres años. Por ello, tenemos que aprender a coexistir con esto», concluyó.