(Washington, EE. UU.). Los médicos, en su búsqueda por comprender mejor la salud de sus pacientes, a menudo inician su diagnóstico utilizando el «Augentest». Este es un juicio inicial que se basa en la observación de si un paciente parece tener una edad mayor o menor a la que realmente tiene, lo cual puede influir en las decisiones clínicas. Sin embargo, con el avance de la inteligencia artificial (IA), este proceso podría transformarse de manera significativa para mejorar la precisión de tales evaluaciones.
El pasado jueves, se publicó un artículo en Lancet Digital Health que presenta FacEage, una innovadora herramienta que transforma una simple fotografía en un número que refleja la edad biológica de una persona, proporcionando así una medida más precisa que simplemente la fecha de nacimiento registrada en el historial médico del paciente.
Este sistema fue desarrollado utilizando decenas de miles de imágenes y ha revelado que, sorprendentemente, los pacientes diagnosticados con cáncer parecen ser biológicamente cinco años mayores en promedio que aquellos que son saludables y de la misma edad. Esta revelación es crucial, ya que puede influir en las decisiones médicas relacionadas con tratamientos oncólogicos.
Los autores del estudio han expresado que esta tecnología podría desempeñar un papel vital en la atención oncológica, ayudando a los médicos a decidir quién puede manejar tratamientos más agresivos y quién podría beneficiarse más de opciones menos invasivas. «Nuestra hipótesis es que FacEage puede usarse como biomarcador en la atención oncológica para medir la edad biológica del paciente y facilitar decisiones médicas más informadas», declaró Raymond Mak, coautor del estudio y parte de Mass Brigh, un sistema de salud colaborador de Harvard en Boston.
Consideremos el siguiente ejemplo: dos pacientes de 75 años, uno de ellos robusto y con una edad biológica de 65, y otro, más frágil, de 60 años, que tiene una edad biológica que se estima en 70. La lógica sugiere que mientras que el primer paciente podría tolerar radioterapia agresiva, el segundo podría verse en una situación de mayor riesgo si se le aplicara el mismo tratamiento.
Este mismo razonamiento puede ser útil también en el contexto de decisiones relativas a cirugías cardíacas, reemplazos de cadera, o en el tratamiento de cuidados paliativos.
Mayor precisión
La investigación ha demostrado cada vez más que el envejecimiento humano no solo se determina por la edad cronológica, sino que también implica factores como genética, niveles de estrés, actividad física y hábitos cotidianos, incluyendo el consumo de tabaco y alcohol. Si bien las pruebas genéticas de alto coste pueden ofrecer una visión sobre cómo el ADN se degrada con el tiempo, FacEage solo requiere una selfie para evaluar el estado biológico de un individuo.
El modelo fue entrenado con un conjunto de datos de 58,851 retratos de adultos considerados sanos a lo largo de 60 años, extraídos de bases de datos públicas. Posteriormente, se probó en 6,196 pacientes que recibieron tratamiento en los Estados Unidos y los Países Bajos. A partir de las fotos tomadas antes de su tratamiento de radioterapia, se observó que los pacientes con cáncer presentaban una edad biológica visiblemente mayor que la cronológica.
Es notable que una mayor puntuación en el factor de edad biológica se correlacionó con una supervivencia significativamente más baja en pacientes con cáncer, incluso después de considerar variables como la edad, el género y el tipo de tumor. En algunos casos, la diferencia se volvía dramática, reflejando una edad biológica de hasta 85 años en pacientes que solo tenían 70 años cronológicos.
La percepción del envejecimiento está influenciada por varios factores. Por ejemplo, los signos visibles de envejecimiento como el cabello canoso y la calvicie son manifestaciones más evidentes que los cambios sutiles en la musculatura facial.
En un experimento, seis médicos fueron invitados a examinar fotografías de pacientes terminales de cáncer y a predecir quién podría no sobrevivir durante los siguientes seis meses. Con la información proporcionada por el sistema, sus pronósticos mostraron una mejora notable en su precisión.
Además, el modelo reveló la veracidad de un meme popular en Internet al estimar que la edad biológica del carismático actor estadounidense Paul Rudd, en una imagen tomada cuando tenía 50 años, era considerablemente menor.
Prejuicios éticos y dilemas
Las implicaciones éticas de esta tecnología son amplias y deben ser consideradas cuidadosamente, ya que las IA pueden, en ocasiones, no atender adecuadamente a todos los grupos sociales. Mak elaboró sobre el tema, afirmando que las evaluaciones iniciales no han revelado prejuicios raciales significativos en las predicciones de FacEage; sin embargo, su equipo está trabajando en una segunda generación del modelo que incluirá a 20,000 pacientes adicionales.
Asimismo, el equipo de investigación está evaluando cómo diversos factores, como el maquillaje, las cirugías estéticas y las variaciones de iluminación, pueden afectar la precisión del sistema.
Los dilemas éticos asociados son evidentes: una IA que puede calcular la edad biológica de a partir de una selfie puede ser de gran utilidad para los médicos, pero también podría convertirse en una herramienta utilizada por aseguradoras o empresas para evaluar riesgos. Comprender que un cuerpo es biológicamente más viejo de lo que se pensaba puede motivar cambios significativos en los hábitos de salud, aunque también puede crear miedo e incertidumbre, lo que convierte esta tecnología en un tema delicado a explorar.
Los investigadores tienen la intención de lanzar un portal público que permita a los individuos cargar sus propias imágenes y participar en un estudio que valide el algoritmo. Se anticipa que versiones comerciales de FacEage para uso médico estarán disponibles, pero únicamente tras una validación más profunda.