¡No es sorprendente! Con la llegada de Donald Trump al poder, una etapa de transformación comenzó tanto en orden internacional como en la situación de la democracia, que ya ha sucedido a eso, que he llamado «de civilización a barbarie».

Estoy de acuerdo con el eminente profesor venezolano y abogado, el Dr. Allan Brewer Carías, con quien tuve el privilegio de trabajar en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos en los 80 perpetuos en el poder.

Según Brewer, generalmente es una estrategia que flora en un período de crisis política y económica, causó, entre otras cosas, el sentimiento de falta de representatividad y participación de la población en el proceso político, la falta de credibilidad en el liderazgo tradicional. Todo esto, junto con la existencia de grandes desigualdades económicas y sociales.

Para Brewer, con respecto a un líder populista, se convierte en el intérprete de lo que la gente quiere y necesita, prometiendo regenerar a la nación, refrescar el estado, establecer una nueva etapa en el país y crear un «hombre nuevo». Y termina distorsionando su historia y creando una nueva historia. Es precisamente la ira a la que Chaves se dedicó todo este tiempo, en lugar de llevar a cabo su juramento para gobernar de manera efectiva y efectiva para el bien común.

Un siguiente paso es convocar una asamblea constituyente para la destrucción de los principios de la representación democrática, la separación de poderes, el pluralismo, la alternancia del poder, el respeto por los derechos humanos, la libertad de prensa y los contrapesos de los poderes. ¡La concreción del asalto contra el estado de derecho! Esto se llama «constitucionalismo populista» o «populismo constitucional» a través del cual varios países ya han pasado a América Latina, como Venezuela y Salvador, que afirman que un grupo coopera el poder de ejercerlo para siempre.

Otra estrategias populistas, según Brewer, es la concentración de poder en el líder. Lo vemos con Trump, Bukele y, aquí, el presidente Chaves lo deja más claro. Por lo tanto, buscan eliminar el principio de los poderes. Tal separación de poderes es otra de las víctimas del populismo, en la que el soberano proclama que él es el único que representa e interpreta a la gente, dice Chaves todos los miércoles. Por lo tanto, no puede tener rivales o contrapesos en el estado. El poder es único y no admite sus rivales o disidencia en la estructura del estado.

El 18 de marzo, marzo es otro ejemplo del asalto a nuestro estado de derecho que Chaves hizo porque no podía gobernar con las reglas establecidas en nuestro sistema legal. La democracia es un régimen de reglas y estándares que los líderes comprometen a respetar. La democracia también tiene los mecanismos formales para mejorar y mejorar su funcionamiento, que el presidente no quería comprender o aceptar debido a la arrogancia y la falta de vocación democrática.

Chaves vende la existencia de una sola verdad, que es la verdad que manifiesta la representación de la gente de acuerdo con el manual populista, y que, como verdad oficial, esto implica tratar a aquellos que dispensan como un enemigo de la gente; Objeto, por lo tanto, abusa y persecución contra personas e instituciones.

Los Chaves y algunos de los que los siguen son enemigos de la democracia. El régimen que busca moldear no es la democracia tal como la conocemos; Es un adefesio que no responde a los principios de la democracia constitucional. El país debe abrir los ojos.

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Cecilia Corties es política e internacionalista.