La ausencia del personal de AYA durante la noche aumenta el caos en un ocupado a través de Santa Teresa, en Cóbano de Puntarenas

La escasez de personal en el Instituto de Acueductos y Alcantarillas costarricenses (AYA) durante las horas nocturnas está obligando a los trabajadores a limitar las labores a solo un horario diurno. Esta situación se observa particularmente en el contexto de las obras que se están llevando a cabo en la entrada de Playa Carmen, en la localidad de Santa Teresa de Cóbano.

Como resultado de esta restricción, se han producido cierres prolongados de las vías, lo que ha llevado al colapso de una calle que es esencial para los negocios locales y el flujo de visitantes en la zona. La cantidad de tiendas y el volumen de turistas que utilizan estas rutas han contribuido a que la situación sea aún más complicada.

Los grupos de acusación han señalado que los responsables del proyecto han indicado que AYA carece de los fondos necesarios para financiar horas adicionales de trabajo. Esta preocupación fue comunicada formalmente por la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) de Santa Teresa y Malpaís, junto con la Cámara de Turismo y Comercio de la Zona Azul (Catucza), al presidente de AYA, Juan Manuel Quesada, a través de un intercambio enviado el pasado 11 de mayo.

En este documento, se exponen al menos siete consecuencias negativas derivadas de la decisión de realizar estas obras únicamente durante el día, dado que AYA no dispone de un número adecuado de empleados para llevar a cabo labores en la noche, un momento en el que el impacto negativo de las obras podría ser mínimo.

Algunas consecuencias:

  1. Pérdidas económicas significativas para el sector privado que depende del tráfico constante de los turistas.
  2. Dificultades en el acceso de ambulancias, cuerpos de emergencia y patrullas policiales, lo que podría poner en riesgo la seguridad y salud de los ciudadanos.
  3. Impacto en los estudiantes de centros educativos cercanos, quienes experimentan retrasos significativos en la llegada a sus aulas.
  4. Pérdida de vuelos nacionales e internacionales, lo que afecta tanto a turistas como a residentes locales.
  5. Aumento de la tensión social y un deterioro en la calidad de vida de la comunidad, que se siente agraviada por la situación.
  6. Imprudencia en la conducción por parte de los automovilistas, frustrados por los prolongados bloqueos en las vías.
  7. Limitaciones en el transporte de personas en áreas más vulnerables, que dependen de estas rutas para su movilidad diaria.

El documento enviado al presidente de AYA resalta: «Su influencia restringe los derechos de muchas personas relacionados con el trabajo, la salud y la educación».

Además, enfatizan que la situación en la región es especialmente complicada, en contraste con áreas urbanas más desarrolladas del valle central, que cuentan con múltiples rutas alternativas y una capacidad institucional de respuesta más eficiente.

Por otro lado, ADI y Catucza han señalado que el municipio de Cóbano ha hecho esfuerzos para comunicarse con la Dirección Regional de AYA en Puntarenas, pero no han recibido respuestas adecuadas a sus solicitudes.

La carta enviada a Juan Manuel Quesada concluye: «Esta falta de respuesta institucional empeora una situación que demanda soluciones urgentes».

Los demandantes piden con carácter de urgencia que AYA considere la posibilidad de realizar los trabajos durante la noche, lo que permitiría una ejecución más eficiente y con un impacto mínimo en la comunidad.

De acuerdo con las entidades involucradas, la empresa constructora Concanas tiene la disposición y los recursos necesarios para trabajar en horario nocturno. Sin embargo, la principal limitación radica en la falta de personal técnico de AYA que pueda hacer viable esta alternativa.

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