Luces de poás: drones y volcanología

Un llamativo fenómeno ocurrido al amanecer en el cráter del volcán Poás ha originado una gran curiosidad entre quienes han estado siguiendo las transmisiones en vivo del Parque Nacional. Una luz amarilla, aparentemente en el área del cráter, ha captado la atención de muchas personas, generando numerosas especulaciones sobre su naturaleza.
A través de las plataformas de redes sociales, varios internautas han planteado interrogantes al Observatorio volcanológico y sismológico (ovsicori), sugiriendo que podría tratarse de un objeto volador no identificado. Esta especulación ha llevado a un intensificado interés sobre la actividad volcánica en el área, especialmente por la reciente erupción y los eventos relacionados con el volcán.
No obstante, los expertos han aclarado que la fuente de la luz amarilla son drones especiales que se utilizan para realizar tareas de monitoreo en el volcán. Estos dispositivos no tienen relación con fenómenos extraños o extraterrestres, sino que son herramientas importantes para la investigación volcánica.
Según Geoffroy Avard, volcanólogo de la institución costarricense, «el Ovsicori colabora con universidades de Canadá; utilizamos drones durante el día y la noche para llevar a cabo mediciones térmicas y topográficas». Avard añadió que «las cámaras web de supervisión captan las luces de estos drones, que fueron visibles anoche durante las primeras horas del día». Este método de monitoreo es crucial para entender mejor el comportamiento del volcán.
A lo largo del día de hoy, los especialistas continuarán su trabajo de monitoreo utilizando esta tecnología avanzada para obtener información más precisa sobre las actividades actuales del Poás.
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La actividad no se detiene
El volcán Poás sigue activo y, en la mañana del 2 de mayo, se registró una erupción alrededor de las 5:30 a.m. A pesar de que la pluma resultante no superó los 1,000 metros, sí produjo una emisión constante de gases y ceniza durante más de dos horas y media. Esta actividad se ha convertido en un patrón, y los investigadores están alertas a cualquier cambio.
Avard comentó, «Los eventos del Poás aún están ocurriendo; el período de actividad no ha cesado desde el 23 de marzo. La pluma se mantiene en un eje constante, mientras que los gases ascienden a aproximadamente 100 metros y se dirigen hacia el oeste». Esta información es crucial para la evaluación de riesgos relacionados con la actividad volcánica.
A pesar de los arrebatos recientes que alcanzaron alturas de 4,000 y 3,500 metros, el volcán no ha emitido explosiones de tal magnitud en los días siguientes, lo que genera un clima de incertidumbre en la región, pero también tranquilidad relativa en comparación con la reciente actividad.
(Foto Ovsicori)
Río con cenizas
Por otro lado, la Comisión Nacional de Emergencia (CNE) ha llevado a cabo una visita exhaustiva al área del drenaje del río, donde se ha documentado un importante flujo de cenizas. Esta situación resalta la influencia del volcán en el entorno circundante y es motivo de preocupación para las autoridades ambientales.
“Este río es un afluente del río Toro; es importante mencionarlo, ya que la dinámica del flujo puede afectar a las comunidades cercanas”, alertaron.
«Por ello, se mantiene una advertencia de color naranja para esta región, y se recomienda a la población evitar acercarse, especialmente a las áreas asociadas con el río, las cuales presentan un considerable riesgo debido a la acidez de los materiales volcánicos», agregaron.
El experto enfatizó que los sedimentos y cenizas acumulados en la parte superior del volcán pueden tener un impacto significativo en los patrones de lluvia en la región. Es vital que se manejen adecuadamente estos materiales para evitar complicaciones futuras.
«Si el tratamiento de todos los sedimentos ya en la parte superior se gestiona correctamente, los ríos pueden ser usados sin riesgo. No obstante, dada la cantidad de material que actualmente se encuentra en el río, es preferible mantener una distancia segura de estos canales», aseguró Sánchez.
Las autoridades están comprometidas con un monitoreo constante de la actividad del volcán Poás y recuerdan a todos los habitantes de la zona que eviten las áreas de riesgo mientras continúe la actividad eruptiva.