Mapa de áreas y horarios: el observador CR

Todo robo es un fenómeno que, por sí mismo, representa una historia singular y compleja, pero las estadísticas derivadas de casos específicos permiten revelar ciertas tendencias y ofrecer una comprensión más profunda sobre este fenómeno social. El análisis de estos datos puede ayudar a entender mejor las dinámicas del crimen y su prevalencia en diversas áreas.
Un ejemplo claro de la situación del crimen se observa en el Capital costarricense, donde las autoridades han observado que un sorprendente 54% de los delitos reportados se han cometido únicamente entre el periodo de 2023 y 2024. Dentro de este panorama, los delitos ilegales contra la propiedad se presentan como los más comunes, con robos, hurtos y asaltos en la cima de la lista, seguidos de las estafas que, aunque no siempre físicas, son igual de dañinas.
En términos de geografía, destaca que los 4 distritos centrales del Cantón de San José se han convertido en el epicentro de estas incidencias, con un acumulado que permite clasificar los casos en el siguiente orden:
- Catedral
- Hospital
- Merced
- Carmen
A estos distritos se suman algunos distritos periféricos como Uruca, Zapote y San Francisco de Dos Ríos, que también reportan un creciente número de delitos.
Sin embargo, un dato que exige la atención de las autoridades es el horario en el que se cometen estos delitos. Por un lado, se ha identificado que los bloques de tiempo de 6pm a 6am suelen ser momentos propicios para los delincuentes, donde la oscuridad y la soledad juegan a su favor. Por otro lado, se ha establecido que el mediodía (entre 12:00 y 12:59 pm) representa una ‘hora pico’ para los robos.
Esta tendencia se debe a que durante ese tiempo hay tanta cantidad de personas en la calle, lo que facilita que los delincuentes se escabullan entre la multitud. Según Polet Najera, experta en seguridad, ‘la indiferencia de las personas favorece’ estas acciones, permitiendo que los delincuentes roben productos con mayor facilidad y escapen sin ser detectados.
No facilite el robo del delincuente
Najera también categoriza los crímenes contra la propiedad en tres grupos principales: el robo (sin violencia), el asalto (que implica un tipo de ataque) y las estafas (realizadas a través del engaño). ‘Estos delitos suelen orientarse hacia despojar a las personas de sus pertenencias’, señala el análisis.
Muchos de estos crímenes están diseñados para dirigirse a perfiles específicos de víctimas, como por ejemplo, adultos mayores, personas con poca escolarización y jóvenes, quienes son más susceptibles a caer en estas trampas. Najera ilustra un caso típico: «La técnica del engaño puede ser tan simple como ofrecer un trabajo y, a cambio, pedir un pedazo de oro».
Demuestra que el engaño básico puede ser muy efectivo, y, de tener la persona un poco más de cautela, muchos de estos actos podrían ser evitados. ‘No prestarías tus pertenencias’, concluye Najera al respecto.
Compost de quejas por sanciones más estrictas
A pesar de que muchos robos pueden parecer de menor valor, es crucial que las autoridades reciban quejas formales. Esto debe hacerse de manera directa, ya sea en la Oficina del Fiscal o en la Agencia de Investigaciones Judiciales (OIJ). Los delitos deben ser reportados, y la rapidez en presentar estas denuncias es esencial para conseguir pruebas tangibles.
Najera indica que muchas personas suelen subestimar estos delitos porque creen que son insignificantes. Sin embargo, cuando se presenta una denuncia rápidamente, el OIJ tiene la capacidad de realizar incautaciones de videos de seguridad, algo que resulta vital en la investigación.
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En todos los casos, el objetivo es poder recuperar la mayor cantidad de pertenencias robadas, lo cual se vuelve una prioridad. La denuncia adecuada puede facilitar que se impongan condenas mayores en el contexto de los procesos judiciales.
‘Hemos identificado a individuos que convierten esto en su forma de vida’, menciona el experto, refiriéndose a la habitualidad con que ciertos delincuentes recurren al robo. Si una persona solo cuenta con una queja, las posibilidades de que la fiscalía solicite una condena son mínimas. Por el contrario, múltiples denuncias podrían resultar en condenas más severas.