Miles de creyentes del mundo católico, que portan una memoria profunda y cargada de reverencia, se reúnen para ofrecer su última despedida y asistir a los funerales públicos del Papa Francisco, quien falleció a la venerable edad de 88 años. La icónica Basílica de San Pedro se transforma en el epicentro de una emotiva despedida, donde tanto fieles como dignatarios se congregan en un tributo a un pontífice que ha dejado una huella indeleble en la historia de la Iglesia Católica.
El inicio del funeral público del Papa Francisco fue marcado por una ceremonia solemnemente celebrada en el San Pedro basílico. Este evento conmemora el comienzo de tres días dedicados a la oración y al tributo a su memoria. El ataúd del Papa, quien partió de este mundo el lunes pasado, fue llevado de la residencia de Santa Marta hacia la Basílica, en un recorrido que simbolizaba respeto y devoción.
El cardenal Kevin Joseph Farrell fue el encargado de dirigir la primera oración en esta solemne ocasión, tras lo cual se llevó a cabo una marcha significativa que atravesó tanto la Plaza de Santa Marta como la Plaza de Los Protomártires Romanos, culminando en la Plaza de San Pedro. La entrada a la Basílica fue un acto cargado de solemnidad, donde se dieron cita patriarcas, cardenales, arzobispos, obispos y miembros de la Capilla Pontificia, todos ataviados con el habito del coro, en un espectáculo de unidad y respeto.
Dentro de la Basílica de San Pedro, el cuerpo del Papa fue colocado con reverencia en el altar de la confesión, ubicado bajo la magnífica cúpula diseñada por Bernini, un lugar que resuena con profundo significado religioso. La liturgia de la palabra dio inicio con homenajes públicos que se extenderán hasta el viernes. Durante estos días, la Basílica permanecerá abierta hasta la medianoche para que los creyentes puedan rendir su despedida al Papa, disponible de 07:00 a 23:00.
Miles de fieles traen homenaje y fuego al Papa Francisco
Los tributos en honor al Papa culminarán el viernes, y el sábado se llevará a cabo el funeral, evento que contará con la presencia de jefes de estado y dignatarios de todo el mundo. El ataúd abierto del Papa Francisco, que fue trasladado en marzo por los pontificios y acompañado por la Guardia Suiza, se colocó de manera solemne frente al altar de la confesión, justo frente a la tumba de San Pedro, donde miles de creyentes empezaron a ofrecer sus últimos adioses.
Aproximadamente 20,000 personas se reunieron el miércoles en la Plaza de San Pedro para presenciar la ceremonia de transferencia del ataúd del Papa, cuyas benditas reliquias permanecerán expuestas hasta el viernes. Los fieles hacen largas filas que a veces se extienden hasta las tres de la tarde, aguardando pacientemente su turno para ingresar al templo y ofrecer sus despedidas al Pontífice.
El Papa Francisco había introducido un cambio significativo, deseando establecer un ritual funerario menos ostentoso, lo que significó que su ataúd no sería colocado sobre un catafalco, como se hizo con Juan Pablo II en 2005 y Benedicto XVI en 2023. La marcha fúnebre comenzó en la residencia de Santa Marta, donde Francisco falleció, y salió del recinto del Vaticano, cruzando bajo el arco de las campanas hacia la Plaza de San Pedro, mientras los aplausos de los congregados resonaban en el aire.
Desde las 5 de la mañana, la afluencia de personas se hizo presente, gestionando un eficiente sistema de seguridad que incluía múltiples controles, así como la presencia de ambulancias y personal de seguridad. Aunque se reportaron dos grupos con actitudes sospechosas, las razones detrás de tales conductas no fueron esclarecidas. Se espera que más de 100 líderes mundiales asistan al funeral del sábado, lo cual conlleva un estricto protocolo de seguridad para resguardar la integridad de todos los asistentes.
