Poás Lava Brebre: intensidad y costoso


El Volcán de Poás ha estado bajo un monitoreo constante en Costa Rica debido a su intensa erupción que tuvo lugar este lunes. Las estimaciones indican que la pluma generada por la explosión alcanzó casi 4000 metros sobre el cráter, marcando este evento como uno de los más significativos del año en términos de altura de la columna de ceniza.
La erupción se prolongó durante aproximadamente 5 minutos, seguida por un intenso temblor asociado a la actividad del volcán. Este temblor ha sido interpretado por los expertos como un constante fenómeno de emisión que podría indicar actividad subterránea significativa.
Según Geoffroy Avard, un reconocido volcanólogo del observatorio volcanológico y sismológico (Ovsicori), no se ha detectado lava en la actual erupción. «Durante nuestras mediciones en el sensor térmico, encontramos que no hay salida de lava. Las temperaturas que observamos son de alrededor de 200 grados, lo que no corresponde a lava», comentó Avard.
«Además, hemos encontrado bloques que salieron del cráter, junto a diversas piedras que hemos podido identificar debajo de la pluma de ceniza», agregó el volcanólogo.
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Vista de la erupción del volcán Poás desde el centro de San José. (Alonso Solano/The Observer).
Avard también indicó que la zona sigue mostrando actividad térmica intensa, confirmada por datos de la sala térmica. “Sin embargo, las temperaturas observadas no son lo suficientemente altas para clasificarse como lava”, reiteró el experto.
Para que el material se considere lava, su temperatura debería alcanzar al menos 900 grados Celsius, un estándar que actualmente no se cumple en esta erupción.
Desde principios de abril, los especialistas de Ovsicori indican que el proceso de erupción ha mantenido una actividad constante, sugiriendo que la presencia de magma en el interior del volcán está contribuyendo a este aumento en la actividad eruptiva.
Avard comentó: “Es posible que una parte del magma se mantenga allí, mientras que otra podría escapar. Existe una incertidumbre significativa en cuanto a los eventos que podrían ocurrir en el futuro”.
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Cambio de boca de estallido
Durante esta erupción, se observó que el tipo de estallido se originó en un nuevo punto, lo que ha generado preguntas, ya que anteriormente, la mayoría de las actividades habían sido reportadas en diferentes bocas.
Avard explica que la erupción que se produjo fue después de un periodo de tranquilidad de más de diez días, período en el que el volcán se caracterizó por pequeñas liberaciones de ceniza y erupciones menores.
“Lo que hoy hemos visto ha sido un notable estallido en un nuevo punto de salida, lo que podría ser un indicio de que hemos formado un pequeño bloque que podría colapsar y permitir el flujo de material hacia afuera”, comentó.
Respecto a la variación en el lugar de la erupción, Maarten de Moor, un volcanólogo de Ovsicori, mencionó a El observador que las razones detrás de este comportamiento no están del todo claras.
“No hemos presenciado muchos casos en los que haya un cambio en el punto de erupción. La última vez que se observó fue durante el periodo eruptivo de 2017, que también resultó en un impacto considerable”, explicó.
“Ambos puntos de erupción forman parte del mismo sistema, y están interconectados con la cámara magmática en las profundidades. Sin embargo, la razón detrás de este fenómeno sigue siendo incierta”, agregó más adelante.
Es importante recordar que la actividad volcánica comenzó en la boca A al inicio del nuevo ciclo eruptivo de este 2025 y luego migró hacia la boca C, lo que evidencia que los cambios podrían señalar una reactivación más amplia del sistema volcánico. Por ejemplo, toda la actividad durante el 2024 se concentró únicamente en una de las bocas.
La erupción fue observada así por San Pedro de Poás. (Foto cortesía).